De Olivia Palermo se pueden esperar muchas cosas en materia de tendencias y si hace unos días nos descubrió que unas botas de plataforma pueden ser todo lo elegantes que una quiera, hoy nos ha obsequiado con la penúltima lección de estilo sobre leggins: no existen modelos corrientes, sino chicas que deben aprender a combinarlos con las prendas que ya tienen en su armario. Aunque por mucho que la influencer se haya esforzado para que entendamos este concepto y los llevemos a nuestro terreno, ella siempre obtendrá matrícula de honor, mientras que el resto deberá conformarse con el notable alto. Y para ejemplo, su último estilismo. 

Bien es cierto que cuando Olivia saca a pasear a su perro no lo hace de la manera convencional, es decir, ataviada con unos joggins, un moño deshecho y unas zapatillas deportivas; pero de ahí a combinar una suerte de falda con cola de tul con unos leggins con mezcla de tejido (piel y terciopelo), una cazadora tipo bómber y unos botines militares acharolados hay un trecho. El mismo que separa su armario de los otros armarios del mundo y su capacidad para configurar estilismos elegantes de la del resto de aspirantes a prescriptoras de tendencias.

El caso es que a pesar de que en este look hay una prenda claramente prescindible que quizá podría haberse quedado fuera y no habría pasado nada (en forma de falda de tul), el talento de Olivia reside en haberla incluido, en haberse atrevido a unirla a otras piezas con las que en principio no tiene nada en común y con las que sin embargo ha terminado sintonizando. El resultado: unas botas y unos leggins que regresan y que gracias al saber hacer de Palermo parecen nuevos.