El esfuerzo físico y el bajón anímico que significó la derrota ante Australia fueron factores para esta derrota de Los Pumas ante los Springboks. Fue 24 a 13 para los sudafricanos que se quedaron con el tercer puesto de la Copa del Mundo de Inglaterra. Argentina finalizó cuarto, logrando su segundo mejor resultado en la historia de los Mundiales detrás del bronce en Francia 2007.

Era el partido que nadie quería jugar, pero había que cerrar una gran participación de la mejor manera. Quizás el partido fue cuesta abajo durante gran parte del primer tiempo, pero la intensidad y el amor propio del segundo, mostraron lo mejor de este equipo, que contó con demasiadas ausencias para enfrentar a Sudáfrica. Tuculet, Imhoff, Hernández, Creevy son algunos de los tantos nombres de los que tuvo que prescindir Daniel Hourcade. Las lesiones fueron un dolor de cabeza durante todo el Mundial. Por ello, el entrenador tuvo que recurrir a nombres que no tuvieron tanta presencia durante el torneo.

El primer tiempo contó con un comienzo negativo para los Pumas. Una tarjeta amarilla a Cubelli y el try de Petersen para darle la ventaja a los Springboks fueron un completo deja vú con respecto a la semifinal ante los Wallabies. Argentina sufrió el constante ataque sudafricano y casi no tuvo oportunidades netas de llegar al in-goal rival. Tres penales de Pollard pondrían el resultado 16 a 0 al final de la primera parte.

En el segundo, llegó la reacción argentina, pero con limitaciones. Faltó mayor velocidad a la hora del armado del juego. El cambio de medio scrum de Cubelli por Landajo, fue un cambio de aire que le dio resultados a los Pumas. Un drop de Sánchez pareció que podría empezar a inclinar el marcador, pero un try de Etzebeth para los sudafricanos amplió el margen del marcador: 21 a 3. 

Sobre los últimos minutos, los Pumas trataron de cerrar el Mundial yendo al frente como lo hicieron durante todo el torneo. El esfuerzo tendría premio con el try de Juan Pablo Orlandi que puso cifras definitivas para el 24 a 13. Sudáfrica se despide de grandes nombres como Habana y Matfield, así como Juan Fernández Lobbe y Horacio Agulla jugaron sus últimos minutos con la camiseta puma.

Argentina no cerró con el tercer puesto como en el 2007, pero ha jugado un rugby digno, vistoso y que ha sido motivo de elogios en todo el mundo. Queda la espina de no llegar más lejos, pero el futuro que le aguarda a muchos de estos jugadores, promete mayores éxitos.