La hazaña no pudo hacerse realidad. Los Pumas cayeron en Twickenham por 15-29 ante Australia y quedaron en la puerta de la final del Mundial de Inglaterra 2015. El viernes, se medirán ante Sudáfrica por el tercer puesto.

El nerviosismo y una serie de errores argentinos, provocaron un duro cachetazo al comienzo del partido. Al minuto de juego, Rob Simmons apoyó en el ingoal del equipo nacional y puso de arranque en ventaja al seleccionado australiano (7-0).

Minutos más tarde, un knock on de Santiago Cordero abrió espacios para que Ashley-Cooper marcara su try y estableciera una diferencia inesperada en la previa del partido.

A pesar de que Los Pumas empezaron a manejar mejor la pelota, la amarilla que recibió Tomás Lavanini por un tackle peligroso, fue otro duro golpe que se sumó a las lesiones de Juan Imhoff y Agustín Creevy, que tuvieron que ser reemplazados.

Más allá de la superioridad física que demostraban los australianos, el equipo nacional, de los pies de Nicolás Sánchez, emparejó el marcador en 19-12. De hecho, una gran chance de anotar el primer try se esfumó sobre el cierre del primer tiempo.

En los segundos 40 minutos, los argentinos pudieron mejorar el control de la pelota y solidificarse un poco en la defensa. Si bien Foley había estirado para el 22-15, en dos oportunidades, los argentinos estuvieron muy cerca de apoyar en el ingoal australiano y pasar al frente.

La tensión brotaba desde cada rincón de la Catedral del Rugby. Hasta que a los 32 minutos, Ashley-Cooper se lució otra vez y anotó su tercer try del partido, para encaminar completamente la historia hacia una victoria Australiana.

El equipo nacional desplegó toda su entrega pero no pudo romper la dura defensa amarilla. El marcador final quedó en 29-15. El próximo viernes, Sudáfrica será el rival a vencer para subirse en el tercer escalón del podio.