El Papa llamó a evitar el beneficio propio y la dinámica de la exclusión

Durante la misa que ofició en La Habana, Francisco destacó que Cuba -a pesar de sus heridas- es un pueblo de brazos abiertos.


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El papa Francisco instó a los cubanos a servir "a las personas" y no a las "ideas" e insistió en que la importancia de las naciones se mide en cómo atienden a las necesidades de los más desfavorecidos. El pontífice dijo en su homilía en una multitudinaria misa en la Plaza de la Revolución de La Habana, que el pueblo cubano tiene "vocación de grandeza" y afirmó que debe cuidarla, pero mediante el servicio a los más frágiles. "La importancia de un pueblo, de una nación, la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve a la fragilidad de sus hermanos", continuó el papa, que dedicó su homilía a recordar a los cristianos que "todos estamos invitados a hacernos cargo, los unos de los otros por amor".

El papa defendió el concepto del "servicio" a los demás pero alertó contra la tentación de querer beneficiar "a los 'míos' en nombre de lo 'nuestro'", porque, señaló, eso puede generar una "dinámica de exclusión". "El servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas", continuó el pontífice en esta misa en la simbólica Plaza de la Revolución, donde también las oficiaron en sus precedentes visitas los papas Juan Pablo II (1998) y Benedicto XVI (2012).

Recordó que "el santo pueblo fiel de Dios que camina en Cuba es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas" y agregó que también "tiene heridas pero que sabe estar con los brazos abiertos.